Por Darel Avalus Zímertan (Zimertan@gmail.com)
El 6 de septiembre, Cubadebate publicó un reportaje –original de El Mundo español, creo recordar–, que ventila lo ocurrido con algunos de los futbolistas del equipo islandés que tan buen desempeño tuvo en la última Eurocopa (http://www.cubadebate.cu/noticias/2016/09/06/que-paso-con-los-jugadores-de-islandia-tras-la-historica-actuacion-en-la-eurocopa/).
La noticia seguramente es de interés para islandeses, conocidos, familiares y deudos de los jugadores, así como para seguidores profundos y fanáticos acérrimos de este deporte en todas las latitudes del planeta.
Para algunos de los lectores que no clasificamos en estas categorías, la noticia podría parecer frívola, pero lo frívolo, pariente íntimo de la curiosidad, y consecuentemente de las artes, es un hijo legítimo de la naturaleza humana. Ese hijo es de tal fuerza que ayudó incluso –aseguran expertos en marketing– a que la simpatía de Kennedy se impusiera a la adustez de Nixon, durante el primer debate de campaña presidencial estadounidense televisado.
En última instancia el texto habrá servido para disparar la imaginación y, gracias a los sonoros apellidos nórdicos mencionados –tan simpáticos para nuestros oídos tropicales–, adentrar a sus lectores en las gélidas realidades vikingas.
Esa misma noche, el trabajo documental conclusivo del Noticiero Nacional Deportivo reveló a los televidentes que el 6 de septiembre se celebra en nuestro país el Día del Voleibol, como recordación a la victoria del equipo femenino cubano de ese deporte, durante el campeonato mundial celebrado en Moscú en 1978.
Las cubanitas no perdieron un set en todo el evento, y en el último partido derrotaron a las soviéticas. Las imágenes en blanco y negro mostraron sus remates finales y la emoción de esas notables compatriotas… Los televidentes, sin embargo, nos quedamos con los deseos por escuchar los nombres de aquellas jugadoras y, tal como supimos de los islandeses, ser informados más de ellas: ¿qué ha sido de sus vidas?, ¿dónde están?, ¿qué hacen?… No se mencionó ni a Mamita Pérez, la capitana… ¿Rige acaso en los predios informativos el mismo principio discriminador del turismo “nacional” que prepondera al foráneo sobre el nativo?
Eso sí, siguiendo el hábito periodístico cubano de destacar las mesas de presidencia a costa de los premiados, el documentalista nos mostró las imágenes de la recepción que le brindó Raúl Castro y repitió sus palabras acerca de que el juego invencible de las muchachas le recordó el desempeño de las FAR…